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Lo primero es escaldar las espinacas en un poco de agua hirviendo. En cuanto vuelve a arrancar el hervor las sacamos y reservamos.

Cortamos, pelamos y laminamos fina la calabaza.

En un cazo ponemos un vaso de agua templada, un chorrito de aceite, sal,  y vamos añadiendo harina hasta conseguir una pasta espesa. Cuando tengamos una textura difícil de trabajar la ponemos en el mármol y la vamos amasando con las manos durante unos minutos hasta que se despegue y partimos la masa en trozos del tamaño que haremos los panadons y los tapamos con un trapo un rato.

Estiramos bien cada una de las porciones de masa bien fina  ayudándonos de harina si es necesario para que no se pegue al mármol.

Ponemos una porción de espinacas, otra de calabaza, pasas, piñones, sal y azúcar al gusto  sobre la masa y la cerramos con cuidado plegando una parte sobre la otra y las puntas encima.

Ponemos los panadons sobre la bandeja del horno y los rociamos con un chorrito de aceite de oliva.

Los ponemos en el centro del horno a 200 grados y si conviene los vamos rociando con aceite otra vez y cuando veamos que ya están dorados los sacamos.

Y a disfrutar!!!!!

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